Cerebro Vs Cambio:

Para innovar necesitamos tomar decisiones e impulsar cambios, ahora bien, ¿cómo lograrlo?

Tenemos un cerebro biológicamente creado para sobrevivir en otras condiciones ambientales. El cerebro sufre frente a las exigencias del siglo XXI, la tecnología, la infoxicación, la crisis atencional. Este órgano vago, intenta siempre quedarse en la zona de confort, porque solo el 2% de nuestros procesos cerebrales son conscientes, los restantes, están diseñados únicamente para sobrevivir, no para tomar decisiones estratégicas en entornos hipercomplejos. Se trata de los atajos mentales o heurísticos que guían a nuestro cerebro en la repetición de lo que se escucha, se siente o se oye.

Innovar es desafiar lo establecido, es ir más allá de la seguridad que nos brinda el hábito. La energía que ahorramos por no replantearnos lo que hacemos cotidianamente, se convierte en una cárcel que nos aleja de la posibilidad de cambiar, dificultando la creatividad. Con frecuencia, nuestro cerebro nos lleva a actuar de acuerdo con viejos esquemas mentales, se toma de los heurísticos para evitar la incertidumbre y la angustia que genera el proceso de cambio.

Para innovar en tiempos de aceleración se hace necesario “pensar fuera de la caja”, para generar nuevas ideas, provocativas, ignorando los esquemas establecidos, sin negar la naturaleza de nuestro cerebro, solo gestionando las emociones, para tomar mejores decisiones.

Nuestro éxito consiste en saber que la creatividad y la innovación a menudo provienen de las intuiciones y de una mente abierta.

Si no gestionamos activamente nuestras emociones, los viejos mecanismos de nuestro cerebro actuarán conforme su diseño, y nos paralizaremos frente al cambio.

La metodología GNT, fomenta el equilibrio emocional, la confianza y el optimismo como facilitadores del cambio personal neutralizando los efectos de las emociones negativas y, por tanto, potenciando la capacidad de acción.