Los nómades digitales y los roles laborales pospandemia

Los llamados empleos del futuro, transparentan las profundas desigualdades de ingresos y de oportunidades que se conjugan en la Argentina. En el escenario laboral retroceden muchos empleos tradicionales y avanzan otros que requieren del acceso a determinados conocimientos y herramientas tecnológicas. Pero la Revolución 4.0 fue la clave para que los nómades digitales desarrollen su actividad de forma totalmente remota, en muchas ocasiones desde ciudades o países diferentes a donde tiene la sede su compañía y casi siempre sin una residencia fija. El menú de sus exigencias está encabezado por buen clima, costo de vida asequible y buenas conexiones a internet.  

Ahora bien, se requiere de entrenamiento en funciones cognitivas como pensamiento crítico, empatía y creatividad, para cumplir con el perfil de trabajador digital y particularmente con la aplicación del Método GNT para lograr un uso no adictivo y sustentable de las TIC.

El virus Covid 19 aceleró los cambios en el trabajo y la demanda de empleos con capacidades digitales, así como la exigencia de nuevos protocolos con espacios aumentados. Con mayor compromiso con lo social y lo ambiental, las generaciones de los milennials y centennials requieren agilidad, autonomía y un management horizontal que valore el crecimiento personal.

 

Los nuevos roles laborales pospandemia

El teletrabajo se ha afianzado y el comercio electrónico ha crecido exponencialmente. Los vendedores de servicios de inteligencia artificial, los desarrolladores de software, los constructores de salas de realidad virtual o de estadios para torneos de videojuegos; los conductores de autos autónomos, los conductores de drones, son sin lugar a dudas muchos de los roles que se han potenciado durante la pandemia.

Lo cierto es que hay perfiles que se ajustan más al estilo de vida del nómade digital, como el ingeniero de reciclaje de datos, quien analiza datos en desuso, el auditor de sesgos de algoritmos que controla su efecto en los ánimos de las personas, el defensor de identidad virtual, que combate las “fake news”, el responsable de la ética en los suministros, o el coordinador de equipos mixtos (maquinas y personas).

El avance de la tecnología, exige técnicas para provenir la violencia tecnológica, es decir prevenir sus resultados con prácticas del método GNT: respiración, meditación, programación neurolingüística, pensamiento lateral. Porque el mal uso, o uso abusivo de las TIC provoca daños en el cuerpo, tanto físicos como psicológicos, y la desconexión programada, en pausas activas, es la vía adecuada para evitar el burnout digital, el BoD, el síndrome del cerebro quemado.

El virus nos empujó hacia la cuarta generación de trabajo conectado, el trabajo remoto forzado (TRF), en la capacitación se encuentra la clave y en el cuidado de nuestra salud la garantía de una real mejora de nuestra empleabilidad, con viajeros laborales atraídos por la movilidad geográfica en esta nueva fórmula de trabajo, que conjuga trabajo por objetivos, autogestión y resiliencia ante los cambios constantes.

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