Generación Avatar: Robots y humanos unidos para trabajar juntos

Cuando nos referimos al término avatar, es difícil no asociarlo a la película de James Cameron de 2009. En dicha película, un grupo de científicos y militares se incorporan a una misión en Pandora, una luna del planeta Polifemo, cuya atmósfera es tóxica para los humanos, por lo que, para visitarlo, debían utilizar, al menos, trajes especiales.

No obstante, en la película, los humanos utilizan una tecnología que les permite ingresar a unas máquinas que trasladan sus mentes a unos cuerpos artificiales adaptados a las formas de la especie local, el Clan Omaticaya, una raza humanoide de piel azul, con algunos rasgos felinos y huesos reforzados de forma natural con fibra de carbono.

Esta joya del cine, ganadora de varios premios Oscar, popularizó el término avatar, cuya idea proviene de la religión hindú, para la cual un avatar es la encarnación terrestre de un dios, algo equivalente a los semidioses griegos y romanos.

En la actualidad, la palabra avatar es ampliamente utilizada en el mundo de los gamers. Hoy en día, la complejidad y realismo que demuestran los videojuegos, hacen sentir que los personajes de cada uno de ellos son un avatar de cada jugador humano.  

Un avatar para volver a trabajar

Hace algunos días, me sorprendió una nota sobre un café ubicado en Nihonbashi, cerca del distrito financiero de Tokyo, en donde los camareros que atienen al público son robots. En Japón no es raro encontrarse con robots realizando tareas de atención al público, pero el caso del Dawn Café es distinto.

Dawn Café surge de una idea del japonés Kentaro Yoshifuji quien desde el año 2018 trabajó en la creación de una cafetería atendida por robots, pero controlados remotamente por personas que por distintas razones relacionadas con su salud, debieron dejar de trabajar.

Así es como en el Dawn Café, trabajan más de 40 personas tomando pedidos y asistiendo a los clientes, pero ninguno de ellos está allí presente, aunque si lo está su mente la cual adopta temporalmente un cuerpo robótico, el cual, dotado de una cámara frontal y un micrófono, le permite interactuar con las personas que acuden a la cafetería.

Un robot avatar OriHime-D le permite trabajar físicamente a un humano que lo opera remotamente 

Integración laboral gracias a la tecnología

En esta Cafetería, los camareros son robots terminales llamados OriHime-D, androides de 1.2 metros de altura que se desplazan entre las mesas mediante un sistema de guías y códigos ubicados estratégicamente en el local y son piloteados remotamente por un humano que además es quien verdaderamente se comunica con los clientes utilizando el robot como un avatar.

La idea de robots piloteados remotamente por humanos no es nueva, pero en el Dawn Café la aplican con un sentido de integración laboral para ofrecer oportunidades a personas cuyas capacidades de movilidad y comunicación se encuentren disminuidas.

Así es como los robots OriHime-D son operados por personas que sufren enfermedades que les dificultan adoptar puestos de trabajo fuera de su casa, pero que si les permiten operar una computadora y comunicarse con otras personas.

El proyecto del Dawn Café, lleva 5 años y luego de un programa de micromecenazgo logró abrir sus puertas el pasado 21 de junio.  Allí los robots avatars deambulan entre las mesas atendiendo al público, pero no podrían moverse sin no fuera por las personas que los operan remotamente, algunas a mas de mil kilómetros de distancia.

La propuesta del lugar es que además de tomar un café o un té, el cliente puede hacerlo en compañía del robot, para conversar con el piloto durante el tiempo que permanezca en el local.

Estos robots no son controlados por inteligencia artificial, sino que son el instrumento que el impulsor de la idea aplicó para ofrecer una nueva oportunidad laboral a personas que padecen enfermedades que van desde la esclerosis lateral amitrófica (ELA), a lesiones medulares, parálisis, miastenia grave u otras afecciones neuronales que los obligan a estar postrados en cama o encerrados en casa por razones que escapan a su control. Estas personas participan en el proyecto del Dawn Café que, en palabras de su creador, busca “utilizar tecnología para eliminar la soledad”.

Ubicación del Dawn Café en Nihonbashi, Tokyo. En el Google Maps, pueden leerse al momento unas 70 reseñas de las personas que visitaron el lugar.

DAWN ver.ß “es un proyecto maravilloso, porque probablemente estas personas no habrían imaginado que podían ampliar sus contactos sociales además de trabajar”, dice Kutsumi Atsumi, una empresaria que participa del emprendimiento.

Robots avatars y humanos, una idea que proviene de la ciencia ficción

Muchas veces la innovación tecnológica tiene su inspiración en ideas que fueron expuestas en películas o novelas de ciencia ficción. El caso de los robots avatares, no es la excepción, aunque no siempre se ha presentado esta comunión hombre-máquina como una cuestión positiva o una ventaja para los hombres. Algunas películas han utilizado esta idea para ubicarla en un escenario distópico.

Podemos recordar el caso de la película Sleep Dealer (2008) en la que un grupo de personas “cruzaba” la frontera de México hacia Estados Unidos para trabajar en la construcción, pero no lo hacían presencialmente, sino que en su lugar conectaban su cerebro a internet y manejaban maquinaria pesada en otro país. En este caso la película utiliza la idea en un sentido negativo, ya que las personas que operan remotamente los robots son consideradas como una suerte de “mano de obra barata”.

Luego la película Surrogates, basada en el cuento “Alter Ego” que el autor Chileno Hugo Correa escribió en 1967, habla de un futuro (según el cuento el año 2017) en el que la gente usa robots para salir a la calle “mientras viven postradas en una silla por motivos de seguridad”.

Cuando la tecnología es bien utilizada

Sin duda, el ejemplo del Dawn café nos muestra que la tecnología bien aplicada puede ofrecer nuevas oportunidades a las personas. Incluso a aquellas con problemas críticos que afecten su vida cotidiana.

Por su parte, cuando la tecnología se utiliza como un instrumento de integración entre las personas, es mas aceptada y tolerada por quienes la consumen. Entre las reseñas de los visitantes del Dawn Café en Google Maps, puede leerse que los clientes hablan de una experiencia agradable en la conversación con los pilotos a través del robot, además de que la mayoría comenta que incluso el café es muy rico.

La propuesta del café japones, además de brindar una solución para las personas, también lo hace para los robots, ya que al integrarlos en “cuerpo y alma” parece estar solucionando el rechazo que los robots venían sufriendo en los últimos años en cafés, hoteles o restaurantes, que los utilizaban como reemplazo de asistentes y camareros. 

Muchos proyectos de este tipo han debido de volver a emplear personas ya que los clientes simplemente no querían ser atendidos por un frio robot.

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