El Teletrabajo Seguro como puente

El Teletrabajo Seguro hace de puente entre empresas, sindicatos y las Tic

La crisis

Pensar que, en los últimos años, algunos millones de personas en todo el mundo se han adaptado para teletrabajar y, en los últimos tres meses, decenas de millones se han unido a ellos, y continuarán haciéndolo en los próximos meses.

Algunas lecciones del pasado ayudan a reconocer y equilibrar los roles de la tecnología, la importancia de la seguridad informática, la necesidad de certeza jurídica para empresas y trabajadores, los requerimientos sociales y familiares y los ritmos de trabajo, para advertir que son de crucial importancia ahora.

En las últimas semanas, muchas personas comenzaron a trabajar desde sus casas con muy escasa preparación y capacitación, en muchos casos improvisadamente, y sus dificultades se han visto alimentadas por la velocidad, la sensación de shock y la naturaleza inclusiva del cambio: todos nos vemos afectados.

En esta excepcional etapa de la historia, que vive gran parte del planeta, compartimos las presiones del “corona virus”, el exceso de información, las noticias falsas y la desinformación, el estrés de los trabajos o, en muchísimos casos, la ausencia de ellos, e intentamos trabajar en nuestros hogares conviviendo las veinticuatro horas del día con las personas con las que habitualmente lo hacemos. El clima para desarrollar la modalidad no es el más confortable, ni adecuado para teletrabajar.

La Dra. Viviana L. Díaz, quien más ha trabajado en los últimos 20 años el tema del teletrabajo en la Argentina y en la región latinoamericana, en nota reciente, plantea un interrogante: “Entonces… es teletrabajo? No en sentido literal, se trata de trabajar a distancia, desde el domicilio afectado para la cuarentena, pero en un esquema que no es el del TCR. Por eso es importante no bastardear la modalidad, y pensar en el día después”. 1 “La ficción del Teletrabajo y cómo sobrevivir a la cuarentena” – Dra. Viviana Laura Diaz

Hoy, en la grave emergencia sanitaria provocada por el Covid19, ya no son sólo los padres jóvenes que prefieren trabajar desde casa, o empleados de empresas que están probando horarios donde las personas pasan cuatro días en la oficina y un día en casa, o ciudadanos de países como Dinamarca, donde el trabajo flexible es la norma. Son todos, en todas partes.

Los desafíos ante la incertidumbre

Todos enfrentamos desafíos sin precedentes, y para ello debemos ser creativos y adaptativos en nuestras respuestas. Aunque los desafíos son extraordinarios, en términos de velocidad y amplitud, nos movemos en un territorio, para muchos, completamente desconocido.

Ello inquieta y por eso deseamos hacer nuestro aporte a pensar “en el día después…”, sin bastardear la modalidad del teletrabajo, afirmando los derechos y obligaciones de los trabajadores, ofreciendo certeza jurídica a los sectores sociales – empresas y sindicatos – y logrando – con herramientas tecnológicas robustas y amigables – obtener seguridad informática frente a los riesgos en la materia.  

A medida que el trabajo remoto se vuelve cada vez más común (en los gobiernos federales, las universidades y las escuelas primarias, las operaciones de atención médica que salvan vidas y las empresas grandes y pequeñas), los líderes estarán observando las herramientas en las que confiar, y deben darse cuenta que la seguridad y la privacidad deben estar a la vanguardia.

Estamos todos en el mismo barco, más allá de los desconocimientos e improvisaciones, y no debemos desaprovechar esta experiencia colectiva forzada, avanzando hacia la claridad y certidumbre.

Próximo escenario

Sin querer pecar de pesimista, se advierte un escenario muy incómodo pues:

1. Se prolongará el tiempo de incertidumbre varios meses y, probablemente, más de un año. Se hace referencia al 2020 y 2021 como años de permanencia en la emergencia y altos riesgos de contagio, hasta que surja la vacuna que combata con eficacia el virus.

2. En general, los gobiernos gestionan con más autonomía de la habitual, con asesoramiento de comités conformados por especialistas médicos y presencia tenue o sin ella de legisladores y parlamentarios. ¿Surgirán gobiernos más autocráticos?

3. Nunca se observan especialistas en infectología tan desorientados como en estos últimos tres meses. Es un enemigo desconocido.

4. Las economías están sufriendo golpes durísimos que afectarán a muchas empresas y trabajadores. Los hábitos cambiarán y, al menos, por un tiempo prolongado continuarán las “cuarentenas” para vastos sectores de la población y el distanciamiento social se mantendrá en general para reducir las aglomeraciones de los seres humanos en lugares públicos (calles, plazas, medios de transporte, etc.), y en lugares más reducidos (escuelas, estadios, cines, teatros, restaurants, cafeterías, bancos, etc.). Unas actividades sufrirán mucho más que otras.

5. Desde hace unos años se incorporan al mercado laboral integrantes de la generación denominada “centennials” o “Generación Z”, así llamados a las personas nacidas entre 1995 y 2010. Los GEN Z presentan grandes diferencias de base con sus antecesores. Mientras que los miembros de la Generación Y o “millennials” nacieron en un mundo que navegaba entre lo analógico y lo digital, los “centennials” son nativos digitales, se educaron y socializaron en un contexto completamente digitalizado. Se trata de una generación hiperconectada y muchos aprendieron con los tutoriales en internet e hicieron o hacen sus tareas en “notebooks” o “tablets”.

En un estudio, realizado en 2016, por “ManPower”, se señalaba que “millennials” y “centennials” representarían en el 2020, el 35 % y el 24 % de la fuerza laboral en el mundo, respectivamente. Muchos de ellos ocupan cargos gerenciales y directivos y otros muchos son trabajadores y empleados que hoy teletrabajan. Forbes pronosticó que en el 2025 representarán el 75% del total de la fuerza laboral mundial.

6. La tecnología seguirá expandiéndose y el proceso de transformación digital es inevitable. No parece práctico oponer resistencia al avance de la misma, significará perder oportunidades en el presente.

7. El teletrabajo continuará presente en muchas actividades y empresas con destino de permanencia. Debemos aprovechar la experiencia forzada que atravesamos y transformarla a futuro en una práctica mixta, que permita que algunos días se teletrabaje en casa y, otros, en la oficina o establecimiento del empleador.

Manos a la obra: construir el puente

Es un buen momento para analizar y debatir cómo administraremos el proceso de transformación de la actual situación de la modalidad que, por la emergencia, no rinde todos sus frutos y aprovechar el tiempo hacia “el día después” para establecer el modelo del #Teletrabajo Seguro que sintetizaré en las recomendaciones.

Debemos pensar como seres estratégicos, buscando armonizar la relación de los humanos con la tecnología, con empresas y sindicatos acordando colectivamente la incorporación de ésta modalidad de trabajo en sus organizaciones y convenios colectivos.

Es hora de perder el temor a la ausencia de legislación específica en el tema. Seguramente, algunos legisladores presenten (algunos a esta altura lo hicieron), proyectos para discutir el teletrabajo. Si se sanciona una ley nacional bienvenida; si ello no ocurriera el acuerdo colectivo será una excelente herramienta para incorporar la modalidad siguiendo las mejores prácticas.

También comentó la Dra. Viviana L. Díaz en otra nota: “Las organizaciones empresariales y sindicales deben convertirse en verdaderos laboratorios de generación e intercambio de conocimientos y experiencias, en los que los saberes se desarmen y se vuelvan a armar en el contexto en que vivimos y no bajo la mirada de convenios vetustos y desactualizados.”

2. “El Trabajo Conectado Remoto y la negociación colectiva, asignatura pendiente”

Recomendaciones

Algunos pasos para trabajar en una implementación estratégica de #Teletrabajo Seguro en las empresas:

1) Elaborar una política sobre el TCR, a partir de las mejores prácticas del mercado laboral nacional e internacional.

2) Analizar los aspectos legales del proceso y elaborar los instrumentos más adecuados con sus procedimientos para reducir conflictos y contingencias laborales, mejorar la productividad y brindar certeza jurídica a empresas y trabajadores, respetando los derechos y obligaciones de las partes y el derecho a la desconexión considerando la regulación de la jornada de trabajo prevista en nuestra legislación.

3) Trabajar cuidadosamente la dimensión humana de la organización en su capacitación, para anticipar y mitigar los obstáculos operacionales, reducir conflictos y abordar los impactos relacionados a los riesgos de adicción de la tecnología, cuidando la salud y seguridad de los trabajadores.

El TCR requiere trabajar y entrenar competencias en un grado diferente al trabajo presencial. Sucede con la comunicación, la gestión del tiempo, la autonomía, la toma de decisiones y la orientación a objetivos, sin descuidar las competencias propiamente digitales.

4) Contar con la estructura tecnológica más apropiada para implementar TCR, teniendo en cuenta criterios tales como: no intercambiar medidas de seguridad o privacidad por el bien de la velocidad; aplicar procesos probados para garantizar que la seguridad y la privacidad estén integradas y tener presente que un factor crítico de la seguridad de los recursos es la transparencia. Cada vez que surgen vulnerabilidades, es fundamental que se corrijan de inmediato y se divulguen de manera proactiva.

5) Una vez implementado el #Teletrabajo Seguro tenemos la posibilidad de evaluar nuestra tarea de conformidad al Referencial IRAM USUARIA para certificar el proceso como un Sistema de Gestión.

Conclusiones

No hay duda que los meses próximos serán tiempos difíciles para todos. Los dirigentes de las organizaciones tienen la gran oportunidad de liderar cambios en la aplicación de una modalidad laboral que genera beneficios para todos.

Está muy claro que, cuando éste período de nuestra historia finalice, no estaremos en el mismo lugar donde comenzamos. ¿Cuántas personas que, hasta unas semanas atrás, se trasladaban para reuniones con gastos en pasajes, hoteles, comidas, combustible, hoy pueden hacer varias reuniones en un mismo día, sin moverse de su casa? ¿Hay ahorros? ¿Mejora la productividad? ¿En cuánto podemos reducir la contaminación ambiental en una ciudad o en un país?

Ustedes tienen la respuesta.

 

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